Cada vez que vemos o imaginamos a la mujer incaica, siempre la recreamos con polleras y trenzas de dos caminos (una a cada lado) y a veces descuidada. Pero lo que no saben es que las mujeres prehispánicas pudieron ser más sofisiticadas de lo que imaginamos. Y es que la mujer actual de los Andes poco tiene que ver con lo que había en el mundo incaico, en tiempos del Tahuantinsuyu. Primero que no usaban polleras (eso es europeo) ni siempre usaban las trenzas de dos caminos (pero si trencillas pequeñitas como la de las mujeres de Chincheros) y se cuidaban demasiado, como toda mujer desde siempre.
El Inca Garcilaso, cuando aún vivía en el Perú se había fijado en lo que usaban las mujeres incas (que seguro se refería a toda las mujeres de panacas, entre ellas tias y primas, porque sabemos que era un chico de cuna de oro) y nos cuenta: «Verdad es que las que presumían de su hermosura y buena tez de rostro, porque no se les estragase se ponían una lechecilla blanca, que hacían no sé de qué, en lugar de mudas, y la dejaban estar nueve días; al cabo de ellos se alzaba la leche y se despegaba del rostro, y se dejaba quitar del un cabo al otro como un hollejo, y dejaba la tez de la cara mejorada» Ahí ya estamos hablando de una máscara clareadora, saca manchas y humectante, que recibía una tratamiento largo y cuidadoso.
Recreación de mujeres incas, por Mama Qoya Norbina Gallegos.
La preferencia por el color negro en el cabello, al parecer era la moda de la época y dice que las mujeres eran «amicísimas del cabello muy negro, largo y suelto", o sea que eran amantes de las largas cabelleras y para que quede maravilloso, bien negro, protegerlo de las horquillas y sequedad (al parecer siempre fue el dolor de cabeza de las mujeres) el cronista peruano nos cuenta: «cuando se les pone de color castaño, o se les ahorquilla, o se les cae al peinar, lo cuecen al fuego en una caldera de agua con yerbas dentro. La una de las yerbas debía de ser la raíz del chuchau, que el P. Blas Valera dice, que según yo lo vi hacer algunas veces, más de una echaban». Dicen que se echaban de espaldas y cocinaban el cabello un buen rato, y «habiendo hecho otros lavatorios para quitar las orruras del cocimiento, sacaban sus cabellos más negros y más lustrosos que las plumas del cuervo recién mudado».Esto es como el baño de color con henna o tinte para cabello que se hacen las mujeres actualmente, ya que se trababa de un tinte que no contenía nada de amoniaco y era perfecto para aportar mucho brillo al pelo y llenarlo de reflejos vibrantes.
Después escribe horrorizado sobre los tóxicos tratamientos de las mujeres en España: «no dejé de admirarme del hecho por parecerme riguroso contra las mismas que lo hacían. Pero en España he perdido la admiración, viendo lo que muchas damas hacen para enturbiar sus cabellos, que perfuman con azufre, y los mojan con agua fuerte de dorar, y los ponen al sol en medio del día por los caniculares, y hacen otros condumios que ellas se saben, que no sé cuál es peor y más dañoso para la salud si esto o aquello». Rendido concluye: «tanto como esto y mucho más puede el deseo de la hermosura» Aqui nos esta diciendo el inca que la mujer siempre ha sido capaz de todo para tener el cabello reluciente, no importa la cultura ni la raza.
Ñusta Evelyn Nuñez Gonzales con traje inca en Coricancha, cabello suelto y maquillaje sutil.
Respecto al maquillaje de ojos dice que «lo que usaron los Incas, y permitieron que usasen los vasallos, fue del color carmesí, finísimo sobre todo encarecimiento, que en los minerales del azogue se cría en polvo, que los indios llaman ychma, que el nombre llimpi, que el P. Acosta dice, es de otro color purpúreo menos fino que sacan de otros mineros, que en aquella tierra los hay de todas las colores». Pero luego advierte que "hubo que prohibir a la gente común el uso de este maquillaje, reservándoselo a las mujeres de sangre real, porque los indios, aficionados de la hermosura del color ychma (que cierto es para aficionar apasionadamente) se desmandaban en sacarlo». Así pues, «las mujeres que usaban de él eran mozas, y hermosas, y no las mayores de edad, que más era gala de gente moza que ornamento de gente madura, y aun las mozas no la ponían por las mejillas, como acá el arrebol, sino desde las puntas de los ojos hasta las sienes con un palillo a semejanza del alcohol ( alcohol eran unos polvos europeos, que con un palito de hinojo teñido en ellos se pasaban por los ojos para aclarar la vista y poner negras las pestañas y hermosearlos».); la raya que hacían era del ancho de una paja de trigo, y estábales bien; no usaron de otro afeite las pallas sino del ychma en polvo, ... y aun no era cada día, sino de cuando en cuando, por vía de fiesta» Realmente esto combina con la estética minimalista del mundo incaico, que era sobrio y elegante. Esa raya de la cual habla Garcilaso, podría asemejarse al delineador que usan las mujeres para alargar el ojo, a manera del make up de los año 40s o del egipcio, pero mucho mas delgadito, sutil y en carmesí.
Vean el detalle del maquillaje de una mujer de elite incaica, que a pesar de estar un poco europeizada, aún conserva su cabello suelto, muy negro, largo y casi nada de maquillaje, en comparación de una noble europea,la cual describe también Garcilaso.
Por otro lado los comentarios sobre el uso del color YCHMA (Cierta sal de mercurio, color carmesí, que usaban las mujeres de la nobleza inkaica como cosmético o árbol cuyo fruto posee propiedades colorantes) de que «cierto es para aficionar apasionadamente» y «estábales bien» . A pesar de ello, ya se sabia que esos minerales eran tóxicos y peligrosos y el cronista nos dice: " Porque para el servicio de ellos no le hallaron de provecho para cosa alguna, antes sintieron que era dañoso para la vida de los que lo sacan y tratan, porque vieron que les causaba el temblar y perder los sentidos. Por lo cual (como reyes que tanto cuidaban de la salud de sus vasallos, conforme al apellido "amador de pobres") vedaron por ley que no lo sacasen ni se acordasen de él. Obviamente al estado no le convenia tener gente enferma, puesto que cada persona equilavia a una mano de obra y un estado con poca gente en aquella época, no era próspero. Pero sigue recalcando el terror y odio que le tenía la gente común y los mineros al colorido mineral: Y así lo aborrecieron los indios de tal manera que aun el nombre borraron de la memoria y de su lenguaje, que no lo tienen para nombrar el azogue si no lo han inventado después que los españoles lo descubrieron el año de 1567. Que, como aquellas gentes no tuvieron letras, olvidaban muy aína cualquier vocablo que no traían en uso.
Asi mismo recalca: "Con la escasez que hemos dicho gastaban el color ichma, tan estimado entre los indios, por excusar a los vasallos por sacarlo". Por otro lado, nos cuenta sobre el maquillaje excesivo en otros grupo sociales: "pintarse o teñirse los rostros con diversos colores, en la guerra o en las fiestas, nunca lo hicieron los incas ni todos los indios en común, sino algunas naciones particulares que se tenían por más feroces y eran más brutos". Como comentaba en el anterior articulo sobre la apariencia del inca, por lo visto los cusqueños eran muy sencillos, básicos y elegantes en apariencia. El excesivo maquillaje al parecer era visto como algo no tan delicado y mas vinculado a la selva o costa y sierra norcentral.
"Llimpi"es referido al azogue en idioma nativo andino, que puede variar en diversos colores y que proviene del mercurio. El color Ichma / Ychma se refiere sólo al color rojo carmesí del llimpi del mercurio (que es el de la foto). Un color muy usado en la costa precolombina sudamericana para pintar piel, cerámica y murales, altamente toxico y cancerígeno.
Sabiendo los incas los estragos que causaban estos colores en la piel, puede haber sido el motivo por el cual no se maquillaban en exceso. Asimismo por una cuestión de precaución y para diferenciarse del resto de gente del mundo de aquellos tiempos. Por lo visto los hijos e hijas del Sol tenían pavor a ser igual al resto...pero cada cultura con sus asuntos ¿no creen?
Adrián ILave Inca
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