¿Pelo largo o pelo corto? El cabello del jet set inca masculinoPor Adrián ILave
- Adrián ILave Inca
- 6 de mar. de 2017
- 3 min de leitura
El cabello del jet set inca masculino
Por Adrián ILave

"El inca dijo a uno de los suyos: Si los españoles no hubieran hecho mas que traernos tijeras, espejos y peines, les hubiéramos dado todo el oro y plata de nuestra tierra"
Inca Garcilazo de la Vega.
Todos hemos crecido pensando que el Inca, o sea el emperador del Tahuantinsuyu, poseía una enorme cabellera, media despeinada y sin gracia. Pues, la educación tradicional en las escuelas y las actuales representaciones teatrales como el Inti Raymi del Cusco, junto con los estereótipos modernos, nos dan a un personaje pelucón y descuidado. Si bien en muchas sociedades prehispánicas americanas el culto al cabello largo fue predominante, al parecer en el imperio inca era lo contrario.</p>Según lo que nos cuentan los cronistas, la nobleza incaica, solía tener la costumbre de deformar la cabeza desde muy pequeños, cortarse el cabello e intercambiarlo por importantes obsequios y lucir unas buenas orejeras de oro, plata u otro material otorgadas solo por el emperador (llamadas ahora expansores, muy de moda entre la juventud del S.XXI) y que era usada sólo por la elite inca.
El mismo emperador ordenaba a la nobleza a cortarse el cabello, ni tan largo ni tan corto, a la altura de la oreja, ya que sólo él usaria el corte casi al raz de la nuca como si se tratase de un actual soldado, para lucir sus orejeras doradas, su delicada corona y distinguirse del resto.
No obstante, el pueblo sobresalía por sus peinados, tenzados y adornos creativos que les daba identidad. Según el cronista Cieza de León, dice que podrían haber miles de indios juntos y que por sus peinados y aderezos se podían distinguir los diferentes grupos étnicos.
Por otro lado, habían excepciones entre el pueblo a la hora de realizar ritos, pagos y pedidos a los dioses. Se entregaban pelos, cejas y pestañas a las huacas como forma de ofrenda y convertía al cabello en un objeto de reciprocidad entre el hombre y la deidad, cosa que los europeos nunca pudieron compreender.
Nos cuenta Garcilazo, que "el Inca tenía el cabello corto, como si acabase de ser cortado y que él y la nobleza se cortaban frecuentemente el cabello para tener siempre el mismo aspecto. Los emperadores tenían pavor a la imperfección y a la mala apariencia. Cuando elegían al nuevo sucesor, aparte de tener habilidades para gobernar, debía tener un aspecto impecable y perfecto, para ser un digno hijo del Sol.

El único que tuvo el cabello largo fue Atahualpa, pues nuestro último inca perdió una oreja en la batalla de la conquista de Pasto, en la actual Colombia. Fue por eso que al parecer optó por dejarse el cabello largo para tapar el defecto, ya que no podía mostrar al pueblo defecto alguno. La vanidad le costó cara y fue Pizarro que utilizó su cabellera de anzuelo para capturarlo en el ataque en Cajamarca cuando se abalanzó sobre su litera.
Posteriormente en el virreinato español y con la extirpación de idolatrias, fue prohibido el uso de peinados y cortes de cabello de carácter ritual bajo la ley del Concilio Limense (1551-52) donde se prohibió la "deformación craneana, el corte de cabello y trenzados especiales" así como la verificación del cumplimiento de la ley a través de amenazadora pregunta al indio: ¿Quién trasquiló a su hijo y quién tiene guardado su cabello? Por lo tanto, el corte de cabello comenzó a ser clandestino. Muchas personas utilizaban pelucas para no mostrar el corte o peinado ritual, pero al ser descubierta la táctica por los extirpadores (que en su mayoría eran curas), cientos de hombres y mujeres fueron transquilados públicamente en las plazas por tratarse de herejía.
Por consecuencia, la identidad filosófica del cabello en el Perú antiguo, pasó de haber sido un
símbolo de ofrenda , reciprocidad y estatus a uno de humillación y decaimiento del autoestima y de la filosofía que los andes habían cuidado durante milenios.

Fuentes:Pedro Cieza de León
Inca Garcilazo de la Vega</p></span>
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